Le Corbusier creía que el objetivo de la arquitectura es generar belleza, y que ésta debía repercutir en la forma de vida de los ocupantes de las mismas edificaciones.
Sus ideas no dejaron de tener un gran impacto en la teoría de la arquitectura, y
es por ello que deben ser estudiadas con atención.
En primer lugar, Le Corbusiér definió a la casa como una “máquina de vivir”. Le Corbusier ponía énfasis no sólo la componente funcional de la vivienda, sino que esta
funcionalidad debe estar destinada al vivir.
Le Corbusiér propone cinco puntos para dotar a la arquitectura de esta belleza que debe generar. De estos puntos cabe desatacar que, aunque Le Corbusiér es considerado un arquitecto funcionalista, cuatro son más bien enfocados a la forma y a la estética que a la función en sí misma.
1. La planta vacía: la primera planta del edificio no contiene ningún
espacio más que un acceso. Así, el espacio funcional del mismo
queda suspendido en un segundo nivel y el jardín penetra hasta la
planta baja de la edificación.
2. La quinta fachada: las azoteas son vistas por Le Corbusiér como un
espacio desperdiciado, pero potencialmente aprovechable. Así, él
sugiere que se dé un uso a estos espacios, ya sea como jardín o
como lugar de descanso.
3. La planta libre: aprovechando las virtudes del concreto armado, que
hace innecesarios los muros portantes, se desplaza el peso de la
edificación a una serie de columnas perimetrales. De esta forma, se
mejora el aprovechamiento funcional y de superficies útiles, liberando
a la planta de condicionantes estructurales.
4. La ventana longitudinal: por el mismo motivo del punto anterior,
también los muros exteriores se liberan, y las ventanas pueden abarcar
todo el ancho de la construcción, mejorando la relación con el
exterior.
5. La fachada libre: complementario del punto interior, los pilares se
retrasan respecto de la fachada, liberando a ésta de su función
Nunca hablamos en clase de Le Cobusier
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